Su historia remonta con El cacique nombrado Oiba fue identificado en 1540 por la hueste del Capitán Martin Galeano que recorrió la provincia de los indios Guanes. Este nombre propio se convirtió en el topónimo que hoy designa al municipio caracterizado por el número de yacimientos arqueológicos de origen guane que han sido excavados. Al igual que los demás caciques guanes, el de Oiba fue encomendado a los Soldados, de la hueste Española, que se avecindaron en la Ciudad de Vélez. Se sabe el primer encomendero de los caciques de Oiba y Cuyamata fue Juan quintero, un soldado que vino al Nuevo Reino con la Huested de Federman y avecindó en la Ciudad de Vélez.
En la organización republicana Oiba fue considerado un distrito parroquial del Cantón del Socorro, en la provincia del mismo nombre. Pero en 1835 fue creado el Cantón de Oiba, con lo cual el distrito parroquial de su nombre adquirió el titulo de Villa de Oiba y se instaló en ella un jefe político Cantonal: Don Pio Arenas, con jurisdicción sobre los distritos parroquiales de Guadalupe, Sumita, Gambita y Cunacua (Olival). Al crearse en 1859 el departamento del Socorro, parte del territorio del Estado de Santander, la Villa de Oiba pasó a esta nueva entidad. En 1870 el censo mostró que su población ya había llegado a 5521 habitantes. Finalmente, el nuevo ordenamiento del departamento de Santander le confirió a Oiba su condición municipal en 1887, en virtud del decreto de régimen territorial expedido por el Gobernador Peña Solano. Desde entonces ha integrado la provincia del Socorro, rebautizada en este siglo con el nombre de los Comuneros.
En cuanto a su geografía este municipio se localiza a unos 1.420 m de altitud, en una cañada que desciende hacia el valle del río San Bartolomé (también denominado Oibita o Llano del Burro), un afluente del Suárez, tributario, a su vez, del Magdalena. La comarca sobre la que se asienta Oiba forma parte de un área amesetada que se extiende entre dos de los ramales que conforman la cordillera Oriental colombiana en su tramo central.
La carretera Panamericana atraviesa su territorio y conecta su cabecera por el norte con las ciudades santanderinas de Socorro, Floridablanca y Bucaramanga (ésta última la capital departamental), en tanto que por el sur la comunica con Tunja, cabecera del departamento de Boyacá, y Bogotá, la capital de Colombia de la que dista 235 kilómetros.
Su temperatura en la zona mas cálida del municipio es de 22.6º y 15.8º para la zona más fría, con base en el IDEAM la temperatura estimada es de 20.6 C.
En lo que se refiere al relieve topografía es muy variable en esta zona ya que hay pequeñas regiones planas o con pendiente suave a mediana y otras de alta pendiente mayor de 25% y con muy baja vegetación natural. Se delimita un paisaje de montaña y en él se establecen diferentes tipos de relieve. El pasaje de montaña se ubica desde una latitud de 1.300 mts, en sectores del río Oibita y de la quebrada la Colorada; hasta los 2.200 mts en el cerro Negro y en la loma San Benito; lo cual, se enmarca dentro de los climas medio muy húmedo y frío muy húmedo, caracterizados por precipitaciones en promedio anual de 2.000 a 4.000 mts y de 1.000 a 2.000 mts, respectivamente.
En lo que respecta a su actividad económica es un Municipio con vocación agropecuaria, donde se destacan los renglones de la Ganadería y los cultivos de café, caña de azúcar y cítricos. En la zona urbana se ha venido presentando un fenómeno de expansión de construcciones y desarrollo del comercio por su cercanía a la vía central nacional. Centra su estructura productiva en las actividades agrícolas y pecuarias, denotando claramente la vocación agropecuaria del municipio; el sector minero solo representa el 1.27% de la estructura productiva. La distribución de la propiedad el predominio de la pequeña y mediana propiedad ha sido una constante histórica en Santander, hecho que se acentúa en los municipios localizados sobre la zona andina, donde el proceso de ocupación se ha desarrollado con mayor incidencia. En cuanto al tamaño de los predios se establece que el 53,4% de los predios son inferiores a las 5 hectáreas, caracterizando un predominio del minifundio, el 16.35% corresponde a predios entre las 5 y las 10 hectáreas, el 10,6% se establecen los predios en un rango entre 20 y 50 hectáreas y solo el 5% de los predios corresponden a predios mayores a las 50 hectáreas. La producción agrícola se realiza por núcleos familiares conformando la economía de los pequeños productores donde predominan el minifundio y la aparcería, predominando los cultivos de café, caña, yuca y maíz. De estas actividades tienen como principal importancia los cultivos de café, caña panelera y en menor porcentaje la yuca y el maíz. Además de la implementación en los últimos años de nuevos cultivos como el lulo y el tomate de árbol. Su producción pecuaria es liderada principalmente por la ganadería en la cual se manejan tres modalidades la ceba integrada, la cría con ordeño de doble propósito con razas o cruces de Cebú-criollo y la lechería especializada.
Ceba integrada 40%
Doble propósito 58%
Lechería especializada 2%
La ganadería conlleva a utilizar áreas de pastos los cuales representan el 63.5% de las tierras del municipio, pese a su representatividad no son manejadas de la mejor forma dando una productividad muy baja. Con relación a otras especies esta el Ganado Porcino, donde se encuentran las razas de ladrase y Pietran y mezclas de Duroc, con un tipo de explotación de ceba tecnificada y tradicional. Se encuentra gran variedad y explotación de pequeñas especies tales como, conejos, ovinos, caprinos, aves de postura y de engorde.
Lo referente a su oferta turística, hotelera y gastronómica, el municipio cuenta con hoteles y restaurantes para todos los gustos. También se encuentran dos agencias turísticas que brindan sus servicios en diferentes modalidades: rappel, parapente, canotaje, espeleología y agroturismo. En oiba se pueden encontrar sitios históricos, museos, artesanías, comidas típicas, cascadas, cuevas y un clima agradable que lo invitará a quedarse.
El municipio tiene la Casa de la Cultura Tomas Vargas Osorio, donde funciona en convenio con Comparte una sala de Internet que presta el servicio a la comunidad en general; de igual forma, la casa de la cultura cuenta con espacios para la práctica de actividades artístico–culturales y una gran variedad de instrumentos musicales, sin embargo, se tiene la necesidad de promover y fortalecer la práctica de estas y articularlas con la promoción del folklore propio de la región para rescatar la identidad cultural del municipio.
Para la práctica del turismo, el municipio cuenta con atractivos turísticos de gran interés para lo cual se requiere la adecuación de sitios y el fortalecimiento de las actividades de promoción turística siendo solución económica y de ingresos para la población del municipio.
ARQUITECTÓNICOS O SITIOS HISTÓRICOS
Templo parroquial: San Miguel de Oiba.
Capilla: Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Palacio Municipal
Parque Principal
Casa de la Cultura “Tomás Vargas Osorio”
ZONAS TÍPICAS
Templo municipal: “San Miguel de Oiba”
Parque Principal
MONUMENTOS PÚBLICOS
Monumento a la Virgen del Carmen
Monumento a José Vicente Azuero Plata
Monumento a Luís Carlos Galán Sarmiento
PATRIMONIO NATURAL
Cascadas de Chaguatá
Cueva de Cachalú
Cueva la bujadora
Cascadas de la Quebrada La Olávica
Río Oibita
Hacienda Puente Vargas
Hacienda Tambor Reyes
Hacienda Cachipay
Cerro de Parajuil
Minas de Caolín
GASTRONOMIA
Arepa Santandereana
Chicha
Guarapo de frutas
Ternera a la llanera
Hormigas culonas
MITOS Y LEYENDAS
En este municipio se habla de una leyenda la más conocida por los oibianos, es el gran tesoro de la cueva de Cachalu, se dice esta fue escondida por los indios Poimas.
También encontramos
Leyenda de la perdida de una Campana del templo
Leyenda del Indio de la Carretera
Leyenda del muñeco enterrado en la Plaza
Leyenda del cazador de Paloblanco
jueves, 29 de abril de 2010
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